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Holita, como saben, este blog solo sera provisional, es decir, se eliminara al terminar el concurso. Pido de favor, que comenten las historias de los participantes, también tomaremos las opiniones de la Comunidad en cuenta para las votaciones de las historias.

miércoles, 20 de julio de 2022

𝑳𝒂𝒔 𝒂𝒈𝒐𝒏𝒊𝒂𝒔 𝒅𝒆 𝒍𝒂 𝒆𝒍𝒆𝒄𝒄𝒊𝒐𝒏



Capítulo I

Me encontraba en la cama aun pensando si esto sería buena idea, darle ese anillo a mi hija Montse, solo para tomar su cuerpo y así poder pasar un poco de tiempo con mi nieta, eso hubiese sido muy bueno, tanto tiempo tenía que no venir, y con el paso de los años, las visitas fueron disminuyendo, incluso Alexia, mi nieta, dejó de venir con ella, lo que me dejaba claro, que no quería acompañarla, - ¿Cuantos años tendrá ya, 16, 17?, me pregunto, según se, está en el último año de preparatoria y por lo que dice Montse, aún no sabe qué carrera irá a elegir, ojala se eligiera por Leyes, mi biblioteca personal es muy basta, y con mi conocimiento podría tomarlo de excusa para que viniese a que le ayudase.

A mis casi 75 años ya no me es posible ir a visitarlas, pues mi problema de la presión, aunado a esto, mi problema cardiaco no me lo permitía, y pienso, que después de la muerte de mi esposa Marlen, todo cambió, luego vinieron las enfermedades, la depresión, y todo esto se volvió un poco más difícil, de no ser por Montse y sus visitas, no hubiera podido sobrellevar esto, los ataques al corazón cada vez eran más constantes, y sorpresas tan grandes, según el doctor, no podía tener.

Según las instrucciones que me dio mi viejo amigo Eduardo, el anillo cambia a las personas con solo ponérselos, si me lo hubiese dicho desde su cuerpo no le hubiese creído, incluso no le creí cuando vino en el joven cuerpo de su sobrina Sarah. Después de haberme contado sobre los anillos, se marchó de la casa dándome una vista de su tierno trasero al caminar hacia la avenida.




“¡¡¡Wow, Sarah, Te ves hermosa!!! Creo que nunca te he visto usar un vestido antes”, dijo Daniel después de ver a su hija en la cocina. “¿Y eso es maquillaje lo que llevas?” La chica sonrio cariñosamente hacia su padre, “¡¡Lo es, papi! Creo que finalmente superé esa fase marimacha. Se siente tan bien vestirse como una chica de verdad. No puedo creer que que estuviera evitandolo tanto. Quien hubiera sabido que un viaje con mi tio Edd meconvencería de ser la chica que se supone que debo ser” Daniel asintió, “Hablando de tu tio, tenemos que ir al hospital a verlo esta tarde. Los doctores dicen que qun no esta completamente recuperado pero al menos ya no afirma que le robaron el cuerpo”. Ed, en el cuerpo de su sobrina adolescente hizo un gesto hacia su forma sexy, “¡Por eso me puse este vestido, papi! Para el tio Ed. Queria que viera mi nuevo yo, creo que eso podría sacarlo de su temor”


Referencia: https://swappinggrounds.blogspot.com/2013/12/tomboy-no-more.html






Me voy un rato a recostarme y mientras espero a ponérmelo, el sueño me invade, ya soy algo viejo y son las 3 de la tarde. Casi a media noche, despierto, miro el reloj, es muy tarde, necesito comer algo, pero no puedo esperar, me dirijo a mi recamara, donde me acuesto, sosteniendo el fino anillo, de un color muy curioso, el negro ónix, combinado con estos colores brillantes de un ópalo oscuro, procedo a ponerme el anillo, y de repente mi mundo se disipa y todo se oscurece por un momento, - ¿ese soy yo?, digo mientras me miro por un momento, dormido en mi cuerpo, de repente una fuerza tira de mí, y recorro la ciudad en unos instantes, en el trayecto me cruzo con alguien más, no logro apreciar quien es, y de repente estoy ahí, en esa casa, misma que no he podido visitar desde hace mucho tiempo, siento un tirón de nuevo, y todo es oscuridad.

Capitulo II

Despierto de golpe, como si me hubiese faltado el aire, y me siento un poco agitado, esta oscuro, me tranquilizo y noto las diferencias de mi situación, me levanto de la cama y busco encender la lámpara que está del lado de la recamara, me levanto y puedo sentir los mechones de cabello caer por mis hombros y unos por mi frente, finos y ondulados cabellos castaños me hacen un cosquilleo a lo largo de mi espalda mientras los acomodo detrás de mis hombros, y un flequillo se asoma por mi ojo derecho, es raro, llevo puesto una pijama de camisa y pantalón, cómodos a mi parecer. Volteo a la cama y veo a Marcos, el esposo de mi hija, dormido, cierto, debo quitarme ese anillo, lo retiro de mi ahora dedo, lo guardo en el joyero que esta de junto y voy al baño, tengo que entenderme con este cuerpo, me pongo del lado de la recamara, bajo los pies y ohh, el piso se siente fresco, luego veo hacia abajo, mi primera vista son los 2 montículos, 2 grandes pechos caer en mi pecho, pesan un poco, pero en la tela se sienten, umm, agradables, rebusco unas sandalias, que veo asomarse de la cama, y me las pongo, camino hacia el baño puedo sentir como se balancean mi trasero y mis pechos, por instinto se mueve mi cadera hacia los lados.

Es increíble, la cara de Montse es muy similar a la de Marlen cuando tenía su edad, no me lo creo, me toco la cara, y puedo sentirla mía, cada contorno más rejuvenecido, y esos ojos grises, para sus 38 años, sigue siendo muy guapa con esos labios carnosos, los cachetes que forman sus delicados hoyuelos y la pequeña nariz respingona. Me doy un pellizco en el hombro, y duele. – Auch, escucho por primera vez mi nueva voz, duele mucho, esto es real y evitaré hacer daños físicos, lo tendré en cuenta.

Continúo admirando un poco más, me desabrocho la camisa, y oh por Dios, son enormes, los sujeto en mis manos, es interesante, como 2 bolsas de gelatina, con un color blanco, y areolas claras, hmmm, son curiosos, con sus ligeras pecas, siento

una excitación en este cuerpo, aunque la sensación es distinta, no se siente como una erección, más bien un cosquilleo. Me bajo el pantalón, y puedo ver las grandes piernas, un poco regordetes, se extienden y contornean desde estas caderas, y adelgazan en los pequeños pies de Montse, por fin bajo las ligeras pantaletas de encaje que traigo puesta y puedo ver un ligero triangulo marcarse, donde se supone debería estar mi pene, tal parece que mi hija se rasura ahí abajo, pues al pasar mi mano, logro sentir ligeramente como las puntas de vello que comienzan a crecer.

-Suficiente, me digo para mis adentros, me vuelvo a vestir, y regreso a la cama, mañana tendré más tiempo, ahora mi cuerpo pide descansar.

Capitulo III

¿Son las 5 de la mañana, cuando Marcos me despierta – Amor, despierta, - Aghh, ¿qué hora es?, respondo un poco somnoliento, - Es el día, ya sabes, de nuestra rutina matutina, me dice apasionadamente mientras besa mi cuello. Ahora entiendo lo que sucede, y me despierto de golpe, de pronto comienza a desabrocharme la camisa, y es un poco tarde, para cuando reacciono, ya está jugando con un pecho, mientras chupa del otro, lo que me provoca una excitación y un quejido sale de mi boca, esto se siente bien.

Es mi primera vez y trato de imaginar que no es Marcos, que es otra mujer mientras cierro los ojos, y algo dentro de mí se enciende, es grandioso, siento una mano hundirse en mi pantalón, lo que me toma por sorpresa, y un gemido se escapa de mi boca, mientras siento como la ahueca y aprieta contra mi ahora entrepierna, y en este punto la excitación sube a otro nivel y siento como un líquido saliendo de esta, lo necesito, este cuerpo me pide, y siento como frota mi vagina sobre la tela húmeda de mis pantaletas, me estoy ahogando, y después comienza a besarme, es rasposa su barba contra mis labios y mis jadeos se ahogan en ese beso, él la ama, puedo sentirlo, pasamos minutos así, y luego después llego a un punto, y me vengo es diferente, un espasmo que me estremece y es cuando ese placer de mi entrepierna palpita y se extiende a través de todo mi cuerpo, es por más, diferente y extendido a como cuando lo hacía como hombre.

Se detiene por un momento, y mi cuerpo pide más, de pronto baja sus pantalones y después mis pantaletas – ¿Estas listas?, me pregunta, -S..si, logro decir, y entonces después, siento algo rosar mi entrepierna, abro los ojos y logro ver su pene, ligeramente curvado hacia la derecha, desde mi punto de vista, lo toma con una mano, y lo hunde dentro de mí, - ¡Ohhh! Es lo que sale de mi boca, es mi primera vez, al menos como mujer con un hombre. Comienza así embistiendo poco a poco, subiendo la velocidad poco a poco y mi respiración se entrecorta mientras ese calor que bajaba, comienza a subir y subir, y pronto siento otro espasmo más fuerte golpearme y el calor sube, hay algo más grande mientras escucho los gemidos salir

de mi boca, y pensar que esos mismos los produzco yo, comienza a introducirme a algo más allá de esto, puedo imaginarme que será grandioso mientras el aroma almizclado me inunda el olfato, seguimos así por unos minutos más, siento que estoy llegando al borde, de repente escucho a Marcos gruñir mientras dice. - ¡Me vengo! y se recuesta sobre mí y siento algo diferente a mis fluidos internos, otro liquido ajeno tocar las paredes internas de mi vagina y me hace llegar, siento mi vista un poco nublarse, mientras me encuentro atravesando una ola de un placer indescriptible, me siento correrme más fuerte y un trato de ahogar el grito que se asoma con fuerza y es suficiente, con que esto sentía Marlen cuando se venía. Aún con el pene de Marcos dentro, el calor disipándose y mi respiración aun agitada una sonrisa atraviesa mi rostro, y una leve risita sale de mis labios, esto es fantástico.

Capitulo IV

Después de la placentera sesión, Marcos se levantó, había sido muy placentero ese momento anterior, y el sentir como sacaba su miembro de dentro de mí fue extraño, como si me volviese a faltar algo ahí abajo, se tomó un baño, mientras aproveché para tomar las sabanas manchadas con algunos fluidos, y echarlas a un cesto de ropa sucia. Al salir, entré yo y me quité la ropa, me metí a bañar y al abrir el agua fría esta me provocó una incomodidad, procedí a abrir la llave de agua caliente y la ajuste a un punto tibio, tomé el shampoo y lo froté con el largo cabello, vaya, es mucha labor, lo dejé caer detrás por mi espalda, y tomé un jabón corporal, lavé todo el cuerpo y era muy suave, no era el hecho de que estuviera mojado por el agua que caía, sino el tacto, pasar el jabón por mis pechos provocó un ligero cosquilleo, y luego seguí por mi estómago, el vientre ligeramente regordete, y después bajé a lo que era la vagina, y con cuidado limpié primero los fluidos restantes que poco a poco salían y pasé el jabón, me frote un poco y era curioso el cosquilleo, comparado a mi pene era un poco más sensible, terminé el balo pasando por mis piernas, mi trasero hasta mis pues, y puse en su lugar el jabón, cuando lo hice, noté otro jabón, creo que cometí un error, este debe ser el jabón íntimo, lo tome, volví a lavarme y cerré la ducha..

Antes de salir, agarré el cabello, y lo exprimí lo más que pude con cuidado e intente ponerme una toalla para el cabello y otra en la cintura como lo hago habitualmente, Salí y Marcos ya estaba listo y sentí como me miró con sorpresa – ¿Todo bien amor? – Si, respondí, - Es que traes la toalla en la cintura y tus pechos descubiertos, esto último me hizo entrar en razón, y por instinto los cubrí con mis manos, luego me los descubrí pues no tenía por qué hacerlo. Abrí los cajones del armario y rebuscando encontré un sostén y en otro unas pantaletas, luego tomé una camisa amarilla sin mangas y buscando me encontré unos pequeños shorts de mezclilla.

Marcos se salió para despertar a Alexia para que se preparara. Mientras tanto tomé la panty y la subí por mis piernas hasta mi entrepierna y encajó perfectamente, luego los shorts, los cuales moví de un lado a otro mis piernas, hasta que finalmente subieron, y se acomodaron a mis caderas, esto provocó que se me metieran por la línea de mi trasero, el brasier fue un poco difícil, pero una vez puesto, subí los cordones por los hombros, y listo, acomodé los senos, y me puse la camisa, tomé una crema para el cabello y la apliqué por todo este, luego tomé un cepillo y algo de crema para el cabello y peiné el cabello, tomé unas sandalias de tacón del zapatero y listo, me miré al espejo y comencé cuidadosamente mi camino hacia la cocina.

Capítulo V

Estaba a punto de bajar a hacer algo de almorzar pues ya eran las 6:10 am, cuando sonó un teléfono, lo tomé y era mi número. - ¿Bueno?, contesté con la dulce voz de Montse. – Papá, ¿eres tú?, escuché mi antigua voz ronca del otro lado del teléfono. – Si, respondí. - ¿Qué paso, porque estoy en tu cuerpo? – No sé, mentí, - Me desperté así hace unos momentos, más tarde llego contigo para ver esto, mientras fingiré ser tú y les hare de almorzar a tu esposo y a Alexia, mantén la calma y evita alterarte, podrías sufrir un infarto. – Esta bien papá, respondió y colgué.

Me fui a buscar la cocina, ahí ya se encontraba Marcos, ya comenzando a preparar la comida, me le uní y terminamos con todo, servimos y comenzamos a almorzar, dentro de poco llega Alexia, se veía radiante su cabello castaño ondulado recogido en una coleta de caballo, esa cara ovalada y los ojos grises como los de Montse de los cuales el izquierdo se veía ligeramente por el mechón que lo cubría, una pequeña nariz curvilínea y hoyuelos encantadores a cada lado de sus ligeramente hinchados labios. Sus pechos estaban un tanto desarrollados para su edad, no se de copas, pero estos enmarcaban el brasier por debajo de su blusa blanca escotada en V. Su figura había cambiado bastante, se veía más delgada y desarrollada también de las caderas y ni hablar de su trasero que ocultaba detrás de su falda rosa tableada y sus piernas blancas se perfilaban hasta bajar a sus pies en los cuales llevaba un par de zapatillas blancas a juego.

– Hola, ¿Cómo amaneciste flaquis? – Mamáaaa, por favor, no me digas así, sabes que no me gusta, refunfuñó. – Aparte así es como me dice el abuelo. Eso me dolió, no sé por qué, pero sentí una presión en el pecho, y como que una lagrima quiso salirme. Se sentó, desayunó un poco y Marcos se la llevó en su coche para dejarla en la escuela de paso a su trabajo. Recogí los trastes y me dispuse a lavarlos. Terminé y fui a la recamara, tomé las sabanas sucias y buscando por fin encontré el pasillo donde lava Montse, eche la ropa a la lavadora, puse el jabón y suavizante, la encendí y tras varios intentos por fin la eché a andar. Regresé a la recamara y rebusqué en los armarios, encontré otro juego de sabanas y los puse. – Debo de

tener más cuidado para la siguiente vez, bueno, si hay siguiente vez, pronto debería regresar a mi cuerpo.

Capítulo VI

Me encontraba de camino a mi casa en el auto de Montse, hacia un tiempo que no me ponía detrás del volante, aunque fue fácil, pues este era automático.

Al llegar vi una silueta a través de la ventana, estacioné el carro en la acera, y me bajé. Camine hacia la entrada y me abrió la puerta, se veía muy forzada moviendo mi viejo cuerpo – Papá, necesitamos arreglar esto, debemos volver a nuestros cuerpos, no sé qué pasó, pero si tú fuiste, por favor dime y arréglalo o ayúdame, no me siento bien, de pronto se tomó fuertemente el pecho y la tomé en el hombro a punto de caer. – Hija, tranquila, buscaré una forma de volvernos a la normalidad, pero tranquilízate, como te dije, debemos fingir, y mientras tanto, debes descansar.

En ese momento no soportó, y cayó al suelo, revisé su pulso y vi el otro anillo, el cual aproveché y retiré de su dedo e inmediatamente la ayudé con RCP, no respiraba, logré que despertara después de un momento, la ayudé a levantarse y fuimos a la recamara. – Te hare algo de comer, por favor espera aquí. Regresé a la cocina y busqué hacer algo con lo que había en el refrigerador. Pronto le lleve algo, mientras ella permanecía ahí en la cama, comió y le comenté que buscaría la solución, estuve un rato consolándola hasta que se dio la hora que regresaba Alexia, deje comida preparada para el resto del día, me despedí de ella y me marché de ahí. Con la promesa de volver el día siguiente.

En el camino de regreso meditaba, como hacerle para regresar sin que notara que fui yo quien planeó todo esto, pero, ni siquiera sabe de los anillos, así que eso es un peso menos.

Llegué de nuevo a casa de Montse, me fui a la habitación y me cambié a unas sandalias, los tacones, aunque no eran grandes, ya me mataban los pies. Me puse a recoger un poco la casa, y luego entré al cuarto de Alexia para ordenarlo, entrando, todo estaba en su lugar, solo agarré su cesto de ropa para lavarla, mientras se lavaba regresé a su cuarto, vaya, cuanto creció, me decía a mí mismo mientras veía sus fotos con Montse y Marcos, recuerdo que le había regalado un marco con una foto de nosotros de cuando era niña, pero no la veo, ¿la habrá guardado? El comienzo a buscar y dentro de un cajón, ahí está, siento el cuadro, es ese, lo veo, paso mi mano sobre este, y un sentimiento me invade, es una buena niña, aunque está creciendo, me digo tratando de justificar la actitud de esta mañana.

Vuelvo a introducir el marco en el cajón y me vuelvo hacia el cuarto de Montse, falta un par de horas para que regrese Alexia a la casa y me invade una curiosidad de

probarme la ropa, comienzo con algo sencillo, vestidos, blusas, coordinados, algunos con tanga, que fueron un tanto incomodas estas, shorts y algunos pares de jeans, estos debo decir que fueron algo complicados, no sé cómo las mujeres pueden entrar en estos, en fin, intenté algunas zapatillas más, algunas de tacón, y luego de modelar frente al espejo me invadió ver este cuerpo desnudo y me desvestí para admirarme. Ese reflejo era un deleite, y pasar mis manos por este, provocó que me calentara, y comencé a frotarme la entrepierna, poco a poco hasta que ahí estaba, el clítoris, comencé a masajearlo con 2 dedos y me dejé llevar mientras comenzaba a respirar agitadamente, una explosión llegó a los pocos minutos, y pude sentir mis dedos más resbaladizos, los retiré y los llevé a la nariz, y ahí estaba de nuevo, ese aroma a sexo que hace unas horas me había llevado al clímax, regresé mi mano, y seguí mientras un impulso en mi otra mano me hacía acariciarme el cuerpo y de un momento estaba masajeando las areolas de los pezones, nuevamente esa explosión volvió, y mis piernas flaquearon, estaba a poco de llegar al clímax de nuevo, cuando de pronto se abre la puerta y ahí esta Alexia mirando a su madre mientras se retuerce en el piso y con pocas palabras en la boca más que un – Ahhh, A…lexía, no.. es lo que, umm. Alcanzo a decir intentando reprimir el impulso mordiéndome el labio.

Capitulo VII

Alexia no dijo nada, estaba en shock, y de pronto se marchó a su cuarto.

Cuando la ola se había disipado, me cambié de nuevo, tomé lo más rápido algo de ropa y me dirigí de nuevo al cuarto de Alexia, el cual encontré cerrado por dentro. – Alexia, tenemos que hablar. Pregunté. – Alexia, vamos, ábreme, por favor. Volví a insistir. De pronto el cerrojo se desbloqueó y abrí la puerta. – Alexia, sé que esto se ve mal, pero entiéndeme. - ¿Qué voy a entender? ¡¡¡Mi mamá se estaba masturbando!!!, gritó. – No sé cómo procesar esto, verte así, no sé, ¿mamá? No sé lo que te pasa, desde ayer andas rara, y ahora esto. Esta niña es inteligente y podía notar algo malo con su madre. – Hija, sé que piensas eso, pero ando muy distraída por lo de tu abuelo, ya se encuentra más mal, hace rato fui a verlo y casi tiene un paro. – Mamá, pero es mejor si lo metes a un asilo, una compañera dice que a un familiar suyo lo tienen ahí, y lo cuidan mejor, no tienes por qué preocuparte por el abuelo. – Pero hija, ¿No te da remordimiento decir esto?, es tu abuelo, ¿acaso ya no lo quieres?, ¿cómo te sentirías si cuando fueras vieja, tus hijos te hicieran eso?

La charla a medida que avanzaba, me hacía ver que Alexia estaba siendo malcriada, debería darle una lección más adelante, y le comenté que iríamos este fin a ver al abuelo, ella por supuesto se negó, pero la convencí, pues quien sabe cuánto tiempo esté vivo y se sentiría peor si no viera a su abuelo.

Luego de convencer a Alexia fui a hacer la comida para cuando llegara Marcos y comer los tres. Una vez llegó hablé con Alexia para comer, terminamos y me ayudó Marcos a recoger la mesa, volví a lavarlos, y los dejé listos. Terminé de lavar la ropa que haba sucia, y me puse a ver un partido en la televisión de la sala mientras abría una lata de cerveza del refrigerador, cosa que me disgustó, parece que Montse no bebe cerveza, y al ver de nuevo me encontré un vino tinto el cual serví en una copa y ohh, sabía muy bien, al poco rato regresó Marcos. – amor, ¿estás viendo futbol? Si a ti no te gusta. – oh, querido, no es nada, quería entender porque lo miras tu. Se sentó junto conmigo, y de un momento hubo un gol el cual festejamos juntos, fue genial, y pensar que en su momento me cayó mal por haberse llevado a mi hija, creo que esto nos unió más.

Hice una cena un tanto ligera, a la cual Alexia solo comió unas porciones y volvimos a la cama, este fin de semana sería muy largo y agotador.

Capitulo VIII

El día siguiente ya es sábado, me levanto temprano, me baño y esta vez escojo un vestido floreado y unas sandalias más ligeras, e intento algo de maquillaje ligero, no me sale mal, pero tampoco bien como quisiera, y echo un par de cambios en una maleta, me alisto, y voy al cuarto de Alexia. *toc toc* – Hija, despierta, alístate. Se abre la puerta un momento después sale. – prepárate y recuerda llevar cambios, porque nos vamos a quedar hasta mañana. Mientras se arregla, preparo un desayuno y regreso, le hablo a Marcos y Alexia, y sirvo la comida. Regresa Alexia con unos pequeños shorts de mezclilla y una blusa a tirantes blanca, un par de tenis y una mochila la cual debe llevar su ropa extra, almorzamos, y subimos Alexa y yo al auto.

Llegamos a mi casa, me bajé con mi maleta, y Alexia con su mochila colgando. Entramos, nos recibió Montse – Oh, mi cielo, ¿cómo has estado? – Bien, con muchos trabajos y tareas abuelo, decía Alexia con un muy bien fingido tono. Montse abrazó a Alexia y después preguntó - ¿Que hacen aquí? – Venimos a visitarte este fin de semana papá, respondí. Alexia se fue a un cuarto de huéspedes que tenía, y yo me fui a dejar las cosas a la que fue la antigua habitación de Montse. Durante el día pensaba en cómo lograr hacer el otro cometido hasta que llegué a una conclusión, así pronto al llegar la noche me preparé.

Con todos dormidos, pronto fui con Montse y con cuidado le puse un anillo, me fui a mi cuarto y me tomé una pastilla para dormir, y al momento de sentir demasiado, deslicé el anillo en mi mano, pronto desperté en mi cuerpo pesado por el cansancio, y me retiré el anillo, me levanté hacia donde dormía Montse ya en su cuerpo, y tomé el anillo de su dedo. Posteriormente, con cuidado y sigilo, me introduje en la habitación de Alexia y deslice el anillo en su dedo, regresé a mi habitación, y

buscando encontré otras pastillas que uso yo, me la tomé, y de igual forma, justo antes de caer dormido deslice el anillo en mi dedo, y mi mundo cambio de nuevo.

Estaba hecho, desperté en una habitación oscura, y pronto me levanté, de alguna forma estar aquí era diferente al cuerpo de Montse. Sentía una adrenalina y energía mucho más grande, esta juventud desperdiciada me volvía a mis 5 sentidos, encendí la luz del cuarto y verme desde esta perspectiva era algo mucho más fresco, posiblemente sería la pijama que traía puesta de una blusa con tirantes en conjunto de un short, ambos de algodón, mirar hacia abajo fue diferente, ver unos pechos más pequeños me desilusionó, pero ver en la piel blanca con menos pecas era algo increíble, incluso ver más abajo y ver los pequeños pies del número 3 o 3 y medio mismos que soportaban sin problemas mi peso. Era bastante increíble sentirme más ligero, pronto caí en cuenta, debo ir por el otro anillo, ya habrá tiempo de seguir, así que me puse en camino hacia mi cuarto, me quité el anillo de la mano de Alexia, y pronto le retiré el suyo de la mano, me retiré de nuevo a la habitación de huéspedes, y me volví a dormir.

Capitulo IX

La mañana fue refrescante, y mientras miro el teléfono de Alexia en la cama, son las 5:00 am, me dispongo a tomar un baño, busco en la maleta de Alexia y ahí están sus jabones y shampoo, procedo a entrar, abro el agua caliente, y esta me quema un poco, auch, al parecer Alexis no es de agua caliente, abro el agua un poco más fresca y pronto estoy enjuagando cada parte de esta piel. Enjabono su cabello y después sigo con su cuerpo, esta vez soy más cuidadoso, paso el jabón, froto los senos con este y pronto los pezones se endurecen, sigo a las piernas y pies y pronto termino, luego tomo el jabón íntimo y procedo con la vagina, al pasar por ahí siento algo un poco familiar, vello, ahueco los senos para ver mejor y puedo verlo, unos ligeros vellos castaño oscuro formando un triángulo apuntando hacia los labios vaginales, me paso el jabón, y al rosarlo con la vagina libera una llamarada más directa a través de mi cuerpo y puedo sentir un cosquilleo ahí.

He salido del baño y pronto busco la ropa que trajo Alexia, esperando que sea algo más simple, la saco y es un conjunto de panty y un brasier blancos con una especie de letra D marcada en un costado. Después puedo ver una falda pisada color negra y una blusa de manga corta color rojo. Esta vez me seco el cabello un poco, me pongo el panty que se ajusta a mi trasero y siento como se mete ligeramente entre mis nalgas, luego la falda, la cual puedo ver que trae un short de licra, al menos no me verán la ropa interior por cualquier cosa. Luego sigue el brasier el cual comienza a ser un poco más fácil y termino con la blusa. Tomo un cepillo para el cabello y una crema y comienzo a cepillarlo hacia atrás, aun se siente húmedo, termino y con una liga intento hacerme una especie de coleta y el curioso flequillo aparece.

Son las 6:00 am, reviso bien este cuerpo, brazos, piernas, todo se ve bien, pronto se me ocurre una locura que no intenté en el cuerpo de Montse. ¿Será que Alexia tiene flexibilidad en las piernas para hacer un splice? Es algo arriesgado, pero lo intentó, pronto esto dividiendo las piernas de frente y atrás, me sujeto de la cama, lo estoy logrando, de pronto mis pies resbalan, y cierro los ojos esperando lo peor, los abro y ahí estoy en el suelo con las piernas extendidas, vaya, me levanto, me limpio el polvo y salgo de la habitación.

A las 6:30 me dirijo a mi cuarto, y ahí estoy, o bueno, al menos mi cuerpo, durmiendo, roncando ligeramente y espira con dificultad. Lo agito un poco y entonces despierta, al verme se sorprende, parece que va a gritar, y pronto le cubro la boca. – tranquila, soy yo, tu abuelo, y de algún modo estoy en tu cuerpo y tú en el mío. Esto la agitó más, y pronto tuvo convulsiones, logré calmarla y de pronto se desmayó.

Rápido corrí a donde Montse, la desperté. – Mamá mamá, el abuelo se desmayó y no despierta, ella se levantó un tanto en shock, acababa de volver a su cuerpo y pronto se levantó a revisar mi cuerpo, pronto llamó a la ambulancia, se llevaron a mi cuerpo y nos regresamos a casa de Montse.

Capitulo X

- Doctor, que tiene, que le pasa a mi papá, preguntaba Montse al Doctor. –siento informarle que su padre sufrió de una hemorragia la cual afectó a sus habilidades motrices y un poco del habla, hace unos momentos se levantó alterado, quiso gesticular palabras, pero solo logramos entender algo de su cuerpo, quizá trae algún otro síntoma que le genera molestias, lo tuvimos que sedar. Respondía el Doctor a Montse mientras la observaba con una cara angustiada.

Montse me regresó a su casa con Marcos, mientras ella se quedaba cuidando de mi cuerpo. Peonto llegamos y me dirigí al cuarto de Alexia, había estado aquí antes, pero verlo y sentirlo por el momento mio, me recosté y me puse a pensar. Mi cuerpo es viejo y esta niña aceleró las cosas, no quiso escucharme. Pronto cai en un dilema, elegir vivir asi o elegir regresarle su cuerpo a Alexia y al fin morir en mi viejo cuerpo.

Revisé todo el cuarto de Alexia para familiarizarme, y en un cajón, muy oculto lo encontré, era un vibrador, ¿tan joven y ya se masturba? Bueno, debe tener sus motivos, lo tomé y era un pequeño huevo rosado con un botón al final de una curva. Me bajé la falda y los pantys y lo intenté introducir, pero no entró, luego me comencé a frotar, hasta que de pronto mis dedos ya estaban húmedos, los introduje para confirmar y luego introduje el juguete y presioné el botón, vibró una vez y no pasó nada, tomé el celular, los desbloquee con su huella y en las aplicaciones escondido

encontré una que coincidía con el juguete, este se conectó, me subí el panty, me quite la falda y la blusa, y pronto ya estaba en la cama en ropa interior.

Revise la aplicación y movi algo, y de repente sentí una contracción, eso fue genial, luego segui moviéndole, y de repente, sin que le moviera, comencó a vibrar con un zigzag que comenzó a subir la temperatura, pronto le encontré apretándome los pechos y modriendome el labio inferior mientras intentaba reprimir el placer que me atravesaba una y otra vez, rappidamente me corrí una vez, el aroma almizclado de esta vagina llenó el cuarto y luego otra vez me vine de nuevo, y así seguí no sé, 7 veces, y en un punto pronto sentí una picazón brutal, que me acabó liberando, tomé una almohada para ahogar el grito mientras la mordía, y me corrí tan duro que sentí como oriné la cama, pude ver una ligera fuente de fluidos levantarse de mi panty, de la emoción, solté el teléfono y este cayó al suelo, y las vibraciones no pararon, lo que había ocurrido, pronto volvería a suceder si no paraba esto, y con los espasmos del primer squirt y la construcción del siguiente, mi mente de quedó en blanco, con esfuerzo me senté, vi el teléfono, y al intentar tomarlo, el vibrador se acomodó de cierta forma que el squirt de vino más rápido y caí con las piernas temblorosas al piso, tomé el teléfono, como pude abrí la aplicación, y apague el juguete.

No podría creer lo que acababa de suceder, y pronto me decidí lo que tendría que hacer.

Capitulo XI (Prologo)

El dia que fui a la escuela me encontré una cara familiar, ¿será o no será? Me pregunté, pronto la abordé, la llevé a un lugar privado en una esquina de las canchas de deportes – Ed, ¿eres tú?, pregunté con mi dulce voz, - ¿Qué te sucede Alexia, todo bien? Escuché que internaron a tu abuelo. – Ed, amigo, soy yo, estoy aquí. – Espera, no lo ibas a hacer con tu hija, veo que al final te convencí de intentarlo, créeme amiga, no te arrepentirás, me dijo, mientras me plantaba un beso en los labios. – espera, ¿que fue eso? – ¿Qué, no sabías? yo salgo con Alexia, ella es lesbiana, la pasamos muy bien cuando viene a mi casa y sobretodo con un juguete que le di. – ¿Te refieres a este? Le dije mientras sujetaba su mano y la guiaba a mi entrepierna. –Vaya, esto nunca pensé que lo hiciéramos en la escuela, pero siempre hay una primera vez.

Días después, el “abuelo” fue internado en el mismo asilo que el “tío” de Sarah. En algunas veces lo visitaba con mamá, en algunas otras iba junto a Sarah, mi novia y mejor amigo, y la veía presumir su cuerpo a la antigua Sarah, siempre con vestidos y arreglada de forma muy femenina, yo, por mi parte solo iba a decirle un hola, me sentaba un par de minutos con mi abuelo, cruzaba las piernas, y me retiraba, ese lugar a veces podía oler muy fuerte a desinfectante y con los nuevos sentidos más finos, era difícil aguantar el olor.

Ya que Sarah me apoyó con el maquillaje y formas de vestir, me fue más fácil adaptarme a este cuerpo, creo, de lo más difícil fue los días que me bajaba, quien diría que el precio de tal juventud sería un dolor que en veces, si no lo trataba, llegaría a inmovilizarme en cama, otra fue el aprender a caminar en tacones, Sarah era una experta, yo en cambio era torpe, pero bien dicen, lo que bien se aprende nunca se olvida, y pronto dominé los tacones sin caer o resbalar, y con una motivación tan grande como es Sarah era difícil resistirse, más cuando terminan las lecciones con jornadas de sexo lésbico que por nada del mundo podría negarme. Mamá nunca notó la diferencia en su pequeña hija, quiero pensar que me ayudó la conmoción de lo que sucedió con el abuelo.

Después de varios años, al fin me gradué de la carrera de Licenciatura en Leyes, en “honor” al “abuelo” y Sarah terminó una carrera de Licenciatura en Gastronomía, para ese entonces ya mi mamá y mi padre habían aceptado el hecho de que era lesbiana y me era más fácil salir con Sarah. Comencé a trabajar en una firma, mis padres me cedieron la casa del abuelo, en donde vivía ahora con Sarah. Y 5 años después nos sometimos a un proceso de inseminación artificial para ser madres, lo que culminó en el nacimiento de 2 bellas niñas.

Los anillos, estos permanecieron guardados en un baúl bajo llave, y ahí estarán hasta que decidimos si dejárselos a nuestras niñas de herencia, regalarlos a alguien más, o volverlos a usar, nunca se sabe cómo se darán las cosas en el futuro.



FIN

2 comentarios:

  1. Es muy incómodo de leer porque hay que estar todo el rato deslizando a la derecha

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  2. Me gustó mucho la historia, lo malo es que se traspasó mal y es algo molesto de leer. Por todo lo demás te doy un 9

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<span><marquee direction="left" style="background:#00B8D4"><font color="#FFFFFF">𝑻í𝒕𝒖𝒍𝒐: 𝒃𝒖𝒍𝒍𝒚𝒊𝒏𝒈𝒔 𝒍𝒂𝒅𝒓𝒐𝒏𝒆𝒔 𝒅𝒆 𝒄𝒖𝒆𝒓𝒑𝒐𝒔 2</font></marquee></span>

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