𝑪𝒂𝒓𝒕𝒂 𝒂 𝑴𝒂𝒓𝒊𝒂

 Carta a María

Ya ha pasado un año desde que soy mujer, desde que te quite tu cuerpo y tu vida María, yo sé que si estuvieras aquí me odiarías por haberte traicionado y arrebatarte todo, aunque al principio me sentía muy feliz usando tu cuerpo, actualmente no sé porque la culpa me invade, hay noches en las que sueño contigo y siempre termino llorando, otras veces en las que no puedo dormir pensando en mis acciones.

Aun cuando no quiero pensar en nada de esto, mi mente siempre termina haciéndome sentir culpable, odio esto, ya no puedo disfrutar de mi nuevo cuerpo, de mi nueva vida, he cancelado, citas, fiestas y salidas, por esta culpa.

He pensado ir al psicólogo ¿Pero que le diré? -Ayúdeme, me robe este cuerpo y ahora no puedo vivir mi nueva vida, por culpa de este sentimiento de remordimiento que carcome mi mente.

Ya no sé qué hacer, al final creo que la advertencia de Raúl era cierta:

-Cuidado con lo que deseas Rafa, no puedes robar y usar este cuerpo como si de una camisa se tratara, este ritual tiene un costo y no solo es la vida de la persona que piensas poseer, la persona que haga este ritual tendrá que cargar con la conciencia de haber matado y robado la vida a otra persona, posiblemente acabes locos o quieras abandonar ese cuerpo, pero recuerda, una vez hecho el ritual ya no hay vuelta atrás.

No sé porque esta culpa me sigue, si yo siempre fui consciente de lo que hice y acepte los riesgos que conllevaba, aparte siempre ha sido mi sueño ser mujer, nunca me he sentido cómodo siendo hombre, he envidiado a las mujeres en muchos aspectos, tanto físicos como mentales ¿Por qué ahora que soy mujer sufro estas cosas?

Lo único que me ha ayudado a sobrellevar esta culpa, es la escritura, en ella he encontrado un lugar donde puedo desahogar mis penas, donde puedo recordar los buenos momentos que he vivido en este cuerpo.

Si supieras todas las cosas que he hecho con tu cuerpo María, me odiarías, posiblemente la razón de que sienta la culpa de haber terminado con tu vida sea tu cuerpo intentando rechazarme, pero sabes eso suena algo descabellado, pues como un cuerpo tendrá consciencia, a lo mejor el ritual no acabo contigo y posiblemente estas oculta en mi consiente mirando todas las cosas que hago en tu cuerpo, intentando luchar.

A pesar de que tu sigas viva o no, yo seguiré luchando, aunque la tristeza me invade cada vez más, pero espero salir pronto de esto, planeo volver a disfrutar tu cuerpo como el primer día que estuve en él.

Aún recuerdo ese día, fue increíble, me estuve masturbando durante un buen rato, me masturbe tantas veces que me dolieron los dedos ese día, pero era inevitable, recuerdo mirarme frente al espejo de tu tocador al llegar a tu cuarto, mirar tu cuerpo siendo manipulado por mí, apreciar mi nuevo rostro, desnudarme y examinar mi nuevo cuerpo desnudo de pies a cabeza; masturbarme parada, acostada y hasta sentada, quería experimentar todas las posiciones, toque todas las partes de tu cuerpo, desde tus piernas, glúteos hasta tus pechos, fue algo increíble ese día; al final descubrí que la masturbación femenina es increíble, es como un cosquilleo en todo tu cuerpo pero que provoca un placer inimaginable.

Fue muy difícil los primeros días intentar no masturbarme con tu cuerpo, pues cada vez que veía mi nuevo rostro, me bañaba, cambiaba de ropa, siempre me entraban unas ganas de masturbarme, no podía creer que todo eso estuviera pasado, tan grave fue la situación que tuve que empezar a hacer ejercicios de respiración, no podía estar toda la vida masturbándome a todas horas.

Adaptarme en la sociedad fue un proceso complicado al principio, pues luego se me pasaba por alto que ya no era hombre, fue algo incomodo sentir por primera vez las miradas de los hombres, aun cuando no tenía el mejor físico, el hecho de llevar ropa apretada como mallones o camisas deportivas, hacia lucir mi cuerpo bastante bien, poco a poco fui quitándome malas costumbres como abrir las piernas o escupir en la calle, costumbres algo desagradables que estaba acostumbrado a hacer en mi antiguo cuerpo, pero luego de un tiempo te acostumbras, hasta veces disfrutas de las miradas y las manoseadas en el transporte, supongo que en parte se debe a que siempre he sido algo pervertido.

Recuerdo haberme equivocado tres veces cuando fui a los baños público, esas veces acabé en el baño de hombres, la verdad fue divertido ver a los hombres incomodarse con mi presencia; donde si me sentí incomodo fue en el baño de mujeres, a veces se me olvidaba que yo era mujer y me ponía nervioso, actualmente ya no tengo problemas con eso.

La parte que más sufrí fue con tuve mi primera menstruación como mujer, ha sido demasiado incomodo y hasta molesto, menos mal cuando cambie de cuerpo contigo María, en tu celular tenías un calendario con tu flujo menstrual, lo que me ayudo a prepararme, pero eso no evito que sufriera un poco, por alguna razón mi cuerpo siente cosquilleo o dolor en el pecho cuando viene la menstruación, esto se vuelve molesto cuando esa sensación me da en la calle o transporte, pues no puedo rascarme o sobarme el pecho frente a las personas; las toallas femeninas son incomodas o las que tu tenías lo era, fue algo desagradable estar una semana sangrando, dado que no solo sufría físicamente, en esa semana sufrí de cambios hormonales, por lo que a veces me sentía más triste de lo normal, aunque ya me estoy acostumbrando, de todas maneras no deja de ser molesto, esta ha sido una de las cosas que menos me han gustado de ser mujer, pero no todo podía ser prefecto.

Con respecto a la escuela, si estuvieras aquí María, me odiarías, sé que tú eras una persona de dieces, pero yo la verdad por más que lo intente el estudio no se me da y menos en este cuerpo, ahora bien llevo varias materias reprobadas, a pesar de eso no he perdido tiempo y he aprovechado tu cuerpo para divertirme como no te imaginas, he ido a una cantidad de fiestas increíble, donde me emborrachado, besado y tenido relaciones sexuales con varias personas, no sé cómo habías podido desperdiciar este cuerpo tanto tiempo, aún recuerdo cuando tuve mi primera relación sexual en tu cuerpo, sé que si estuvieras aquí, me odiarías, pues tuve sexo con tu primo Luis; Cuando estuve en este cuerpo juré nunca tener relaciones con otros hombres, pues aunque fuera mujer, mentalmente seguía siendo hombre, a pesar de esa promesa, conforme pasaba el tiempo por alguna extraña razón cada vez tenía curiosidad de sentir que se sentiría hacerlo con un hombre, en mi mente decía:

-Técnicamente soy mujer, así que no sería raro probar el sexo con otro hombre.

Esta fantasía no se cumpliría hasta luego de tres meses, recuerdo que fue un fin de semana en mi casa, hubo una fiesta familiar, fueron mis primos y mis tíos, era una reunión tranquila que tenía como propósito festejar a mi tío Alfredo, a pesar de eso como toda buena reunión “tranquila” termino alargándose hasta la madrugada.

En aquella reunión, pasada las 12 A.M ya casi todos se habían ido, solo quedaba mis padres y mi tío Alfredo con su esposa, mi primo y yo, en ese momento estaba algo borracha de tanto tomar alcohol, estaba platicando tranquilamente con mi primo Luis, mientras mis padres platicaban y bailaban augustamente con mis tíos; yo en aquella reunión conforme pasaba el tiempo por alguna razón miraba con lujuria a mi primo, posiblemente el alcohol hacia estragos en mi mente, intentaba calmarme, pero era difícil, mi cuerpo cada vez se ponía más caliente y no dejaba de pensar en cosas pervertidas, hasta que ya no pude más y decidí pensar en un plan para acostarme con Luis, aprovechando mi mal estado, le mentí diciendo que tenía sueño, pero que necesitaría su ayuda, pues no podía caminar bien, el accedió y me abrazo de manera que yo estaba recargada en sus hombros, aproveché y lo abracé cariñosamente, esto con el plan de excitarlo, subimos por las escaleras ya que mi cuarto está en un segundo piso, al fondo de un pasillo, mientras caminábamos, yo lo abrazaba y acariciaba su oreja, yo de vez en cuando miraba su rostro y lo notaba nervioso, al entrar a mi cuarto, me dijo:

-Ya llegamos.

Caminamos a mi cama y cuando él pensaba soltarme, yo lo agarre fuerte y con mi peso lo avente a la cama junto a mí, él se notaba más nervioso, intento pararse, pero yo lo abrace para que no se fuera, él me decía:

-Ya suéltame, María, ya llegamos, ya estas borracha.

Como yo no soltaba, él se enojó, de la nada sentí como mis brazos se soltaban de él y eran aventados a la cama, luego él se paró rápidamente y fue a mi ropero por una cobija para taparme, yo al ver eso me paré rápidamente para ir a abrazarlo, él se notaba molesto, ante su negativa, le dije:

-Hay que sentarnos, es que intento acostarme, pero me siento mareada.

Yo dejé de abrazarlo y nos sentamos, ya estando sentados subí mis piernas encima de las suyas, el cada vez se ponía más nervioso e incómodo, de pronto me dijo:

-María te noto muy rara, tú no eres así prima, que te sucede, es como si fueras otra persona.

-Porque dices eso, siempre he sido yo, posiblemente el alcohol me hico daño. -respondí, mientras me sentaba encima de sus piernas.

Él se quedó en silencio, yo en ese momento sentí su miembro poniéndose erecto, el cada vez se veía confundido, así que acerca mi cara a la suya, nos miramos durante unos minutos, fui acercando mis labios a los suyos, hasta que decidí besarlo, el en ese momento separó sus labios de los míos y me dijo:

-No podemos hacer esto somos primos, que te sucede María.

-Pues nada simplemente, quiero tener sexo contigo, tiene algo malo de eso, yo sé que tú también quieres, puedo sentir tu miembro, hay que hacerlo.

-No, no podemos hacer esto, me niego, así que quítate de mí.

Yo viendo su negativa, decidí abalanzarme sobre él, no pensaba perder esta oportunidad, con la fuerza de impulso terminamos acostados, yo estaba encima, él por su parte usaba sus brazos para que dejara de besarlo, pero yo fui insistente, tanto que tuve que meter mis manos en su pantalón, para acariciar su miembro, conforme pasaba el tiempo, Luis cada vez dejaba de forcejear, hubo un instante en el que dejo de pelear y se dejó llevar por el momento, Luis aprovechando que yo estaba encima de él, me empezó a desnudar, quitándome mi camisa y luego mi brasier, solo sentía sus manos jugar con mis pechos, fue algo raro pero me gustaba, yo hice lo mismo, le quite su camisa y fui besando su pecho y cuello, pasado los minutos el me aventó con fuerza hacia el lado derecho de la cama, yo acostada solo vi a Luis pararse y quitarse su pantalón, al mirar su miembro le dije:

-Espera antes de hacerlo, deja te paso un condón, hay uno en mi cajón.

Me pare rápidamente, fui hacia el cajón de mi tocador y agarre un condón que había comprado hace poco, se lo di, mientras él se lo ponía yo me quitaba el pantalón junto con mi ropa interior.

Cuando Luis termino de ponerse el condón, yo fui a abrazarlo, para luego besarlo, los dos estuvimos besándonos completamente desnudos unos minutos, poco a poco nos íbamos acercando a la cama, ya estado a lado, Luis me aventó, ya acostada, él se subió encima de mí, abrió mis piernas y metió su miembro en mi vagina.

No sé si el alcohol en ese momento me producía algún efecto placebo, pero por alguna extraña razón sentía más placer que cuando me masturbaba yo sola, la verdad fue bastante placentero, ese momento, comencé a gritar de placer, en esos momentos no me importaba ser descubierta, solo quería disfrutar el momento, estuvimos así durante 20 min. Luis cada vez lo hacía con más fuerza y rapidez, a mí me gustaba, mi mente se nublaba de placer, hasta que de la nada empecé a sentir que el miembro de Luis se hacía cada vez más pequeño, al parecer ya se había venido, aunque yo quería disfrutar más, no me queje en su momento considerando que lo disfrute bastante; Luis se paró de golpe, luego me miro, mientras sacaba su miembro, luego me beso varias veces, intenté abrazarlo, pero él se paró rápidamente a cambiarse, yo quería pararme, pero me sentía cansada, cuando pensaba decirle algo, el solo me beso por última vez, me tapo y se bajó corriendo.

Luego de esa reunión Luis me empezó a evitar, a diferencia de él yo lo estuve buscando, pero él solo me ignoraba o huía, en la reuniones familiares solo no venía o siempre me daba el avión, la verdad fue algo triste haber perdido contacto con él, pues el sexo de aquella vez fue bastante placentero, a veces me dan ganas de decirle a Luis, que su prima es otra persona, es un hombre viviendo en ese cuerpo, tal vez así no sienta culpa de haber tenido sexo con su prima, o posiblemente me odie por eso, pero por seguridad es mejor quedarme callado.

Y Luis no ha sido el único, he tenido relaciones tanto con hombres como con mujeres, en el caso de las mujeres ha sido difícil solo he tenido sexo con una, se llamaba Roxana, físicamente era delgada, no tenía mucho pecho ni trasero, ella es lesbiana, la conocí en una fiesta de una amiga llamada Andrea, me gustó mucho hacerlo con ella, pues aunque no tuviera algún miembro, sabia mover sus manos de una manera increíble, lo incomodo fue hacerlo en el baño de Andrea, aprovechando que era noche y había pocas personas en la fiesta, fuimos a uno de los dos baños que había, en el ella y yo nos desnudamos mientras nos besábamos, yo me senté en el excusado y ella se puso a masturbarme con su mano derecha, mientras besaba mis labios, estuvimos jugando y tocándonos durante gran parte de la noche, fue increíble esa noche, con ella descubrí que tengo más puntos sensibles de los que creía.

Al terminar nos empezamos a cambiar, yo viendo las pantimedias de Roxana en el piso, las agarre y me las puse, pues en esos momentos quería tener algo de ella cerca de mí, al principio, ella se notó molesta, no obstante, se calmó y me dijo:

-Veo que te gustan, te las regalo.

-Enserio. -Respondí, mientras me las terminaba de poner.

-Sí, aparte hacen lucir mejor tus piernas.

Luego de cambiarnos ella me beso, nos salimos del baño, Roxana se despidió de mí, pues habían venido por ella, pensaba pedirle su número, pero se me olvido en ese momento, pude haberla buscado al día siguiente por Facebook, pero la verdad por alguna extraña razón no quise buscarla.

De igual forma lo he hice con tres hombres aparte de Luis, dos de ellos eran antiguos amigos míos de mi otro cuerpo, la verdad fue la peor experiencia con ellos, dado que parecía que yo había sido la primera mujer que habían tocado en su vida, eran muy bruscos conmigo y recuerdo que ninguno de los dos aguanto más de 10 min. Fue bastante decepcionante, pero no me sentí mal, sabiendo que les había hecho un favor, pues ninguno de los dos había tenido novia hasta el momento, dude mucho en decirles que yo Rafael, había cambiado de cuerpo y ahora era María, pues corría el riesgo que ellos contaran mi secreto y arruinaran mi nueva vida; El último con quien he tenido sexo, a que no adivinarías con quien fue María, exacto con tu mejor amigo, con él llevaba una relación de amigos con derechos con él, no fue nada difícil convencerlo, desde el primer día que salí con él conseguí tener sexo, me había dicho que fuéramos novios luego de tener sexo, sin embargo, no quería comprometerme con alguien, así que solo quedamos en ser amigos con derecho, me encantaba tener una persona con quien tener relaciones cuando quisiera.

Con él intente posiciones de todo tipo, hasta hicimos un trio con su primo, esa vez recuerdo haber hecho por primera vez sexo oral a una persona, fue algo incomodo, sobre todo sentir el semen saliendo a presión en toda mi boca, pero lo disfrute bastante, tampoco había sido penetrada por dos personas al mismo tiempo, ni probado el sexo anal, hasta ese día, el sexo anal fue bastante doloroso, lo único que disfrute, fue sentir el semen calientito entrando en mi ano, pero de ahí en fuera la verdad no pienso hacerlo de nuevo.

A pesar de tener a alguien como Lalo para tener sexo cuando quiera, ya no he podido verlo, pues la culpa y el remordimiento no me han permitido tener relaciones a gusto, simplemente termino llorando por cualquier cosa.

Todo estas maravillas que te cuento, se empezaron a venir abajo justamente cuando empecé a estudiar tu vida, mirando álbumes de fotos donde habías salido tú, cuando miraba las fotos intentaba imaginar que yo había vivido ese momento, miraba tus fotos de niña, adolescente, leía todas las conversaciones que habías tenido en tus redes sociales, imaginaba que esa había sido mi vida, quería sentir que yo siempre fui María, sin embargo, conforme pasaba el tiempo, cada vez veía tus fotos con tristeza, ya que por más que intentaba fingir que yo había vivido ese momento, siempre pensaba que esos recuerdos jamás se podrían recuperar, habían muerto junto contigo María, yo me sentía culpable, pues le había arrebatado toda su vida, sus recuerdos, nunca había pensado que fui un egoísta que no pensó que en este cuerpo antes una persona había vivido esos momentos de felicidad.

Aun cuando busco maneras de remediar esto, recuerdo que es imposible, ya no hay vuelta atrás, aunque intente despejar mi mente pensado en los buenos momentos que he vivido en tu cuerpo, no puedo quitarme esta culpa, yo solo quiero vivir tu vida, mi nueva vida, ¿Pero? ¿Cómo puedo vivirla sin sentir este remordimiento?

Creo que cada día me estoy volviendo loca, al final creo que nunca podré cumplir mi sueño, porque la vida es tan injusta, si tan solo hubiera nacido como mujer nadie estaría sufriendo, odio mi vida, odio haber nacido, odio todo mi mundo, porque nunca podre ser feliz, porque el destino no me permite cumplir mi sueño tranquilamente, es acaso un pecado ser un hombre soñador.

Posiblemente esta carta sea delirio mío, ya que nunca leerás esta carta María, sin embargo, quiero dejar registro de todo lo que he vivido y siento en este nuevo cuerpo, fingir que hablo contigo me esta ayudando a sobre llevar esto, espero pronto salir de esta situación.

Atentamente.

La nueva María.