𝑪𝑹𝑰𝑴𝑬𝑵 𝑺𝑰𝑵 𝑽𝑰𝑪𝑻𝑰𝑴𝑨

 CRIMEN SIN VICTIMA 

Sin duda alguna uno de los mayores problemas de un hombre en su mediana edad no era el que  si había dinero o no, que si tu cuerpo comienza a fallar, tampoco el hecho de que tu casa no es la  que te habían prometido si estudiabas y trabajabas duro, mucho menos si no tenias familia o que  sintieras que tu vida no tiene nada de sentido, que después de esa horrible adolescencia, tu vida  solo parecía ir en decadencia, haciendo que la mayor espera de tu día a día no es que te paguen,  ni mucho menos salir del trabajo, para nada…lo que más espera uno a esta edad es esperar el día  de tu muerte, tan solo piensenlo, son vacaciones sin fin, ¿tus responsabilidades?, ¡¿a quién le  importan?!, a nadie le importara, por que tu existencia en teoría vale lo mismo a un huevo sin  relleno, ni siquiera la persona más perversa podría aprovechar el cascaron vacío que será tu  cuerpo, claro que eso solo si no eres sexy, porque si no, serás el juguete favorito del sujeto raro  que acepto un empleo tan lúgubre ya que no exige mucho; pero bien, ya es mucha introducción  innecesaria – “Maldita sea, los lectores ya se aburrieron de esta crisis existencial y de edad” – y es  hora de contar un poco de nuestro protagonista. 

El es Carlos D Paredes, un hombre de 32 años de origen sudamericano y mexicano, el cual es la  imagen perfecta de la frase “cuídate…o terminaras como el” (obviamente él era “el”), sin novia,  con un solo amigo en el mundo, con un trabajo de mierda, el cual hacia que pasara todo su día  sentado enfrente de una computadora – Que de hecho sería el ideal para el si tan solo en vez de  números, mirara anime o hentai – y de paso con un salario que apenas y le alcanzaba para vivir, y  ni hablar de su físico, el cual era tan horrible en todo aspecto, si el horror tuviera un rostro, sería  el (adjunto fotografía). 

- Dios, ¿Cómo se puede vivir con tal apariencia? ...de hecho, ¿Cómo diablos sales a la calle con  tal imagen? – 

Es por eso por lo que sufriera de acoso incluso en su edad no era una sorpresa. 

El caso aquí es que la sorpresa no era realmente como podía vestir tan mal, si no el cómo seguía vivo, claro que Carlos no era tan indiferente a su situación como podría pensarse, el tenía el  sueño de cambiar de cuerpos con alguien sumamente atractivo y tener una vida mejor; así es, no  quería novia o más dinero o mejorar como persona, el lo que deseaba era tener otro cuerpo para 

conseguir eventualmente lo demás. Así pues, era un día normal, estaba en su cubículo,  calculando impuestos de la empresa, hasta que de pronto se escucho en todo el piso como las  bocinas empezaron a retumbar y la voz del jefe salía, orando lo siguiente: 

- Señor Paredes, favor de venir a junta importante a mi oficina por favor – 

Tras esto, Carlos solo podía imaginarse lo peor, posiblemente más trabajo o incluso un despido  (aunque era caso imposible por el hecho de que además del mejor trabajador, era tan ingenuo y  cobarde como para no dejar de ser un chivo expiatorio), “Solo espero que si me hablan, sea por  un aumento”, pensaba Carlos, hasta que llego enfrente de la oficina de su jefe, el terror y  nerviosismo que sentía era increíblemente alto, nunca había podido experimentar algo similar,  hasta que amoroso abrió la puerta y se llevó una sorpresa maravillosa. 

- Así que… ¿este será quien me ayudará? 

Decía la hermosísima y sexy actriz Olivia Wilde, quien estaba en la oficina del jefe con una cara  de asombro (en el mal sentido) al ver a Carlos. 

- ¡Ah!... si, señorita Wilde, el es el candidato perfecto para su pedimiento. 

Al escuchar ello, Carlos estaba tan confundido y sorprendido por que una actriz de tal nivel  estuviera enfrente de el y de paso, aparentemente necesitaba su ayuda, entonces después de  unos minutos de que todos se calmaran, se encontraban sentados los tres, mientras el jefe le  explicaba a Carlos que la señorita Olivia Wilde para prepararse para un papel de una oficinista  sin vida decidió experimentar de primera mano con una persona que encajara a la perfección con  la descripción y no había alguien mejor que el propio Carlos, esto molesto a este último, sin  embargo, el jefe le menciono que el método no solo seria una entrevista, ambos cambiarían de  cuerpos. Esto emociono a Carlos, pero a Olivia solo la tomo por sorpresa y confundida mente molesta reclamo tras escuchar semejante idea.

- Disculpe… pero cuando solicite su ayuda… ¡Nunca mencione que intercambiaría cuerpos con  otra persona y menos con un ogro como el! 

Mientras Olivia le reclamaba al jefe, Carlos solo podía pensar “No solo conseguiré belleza y salud,  si no que al fin tocare y mirare a una mujer desnuda”, Carlos con una sonrisa solo menciono. 

- ¡Lo que sea para ayudar a la compañía! 

Decía Carlos emocionado y con altas ganas de que sucediera, es entonces que el jefe saco una  máquina que consistía en dos cascos y una especie de caja con ciertas inscripciones extrañas.  Tanto la señorita Olivia Wilde como Carlos se pusieron los cascos, la maquina sacaba chispas y  rayos, mientras ambos esperaban la señal del jefe para cerrar los ojos, antes de Olivia miro a  Carlos y le dijo – Más vale que cuides mi cuerpo cerdo... – tras esto, el jefe los obligo a cerrar los 

ojos, ambos sintieron un fuerte tirón, después un poco de tranquilidad y antes que ese espacio en  negro infinito terminara, sintieron una fuerte y excitante caída. 

- ¿Qué sucedió?... 

Preguntaba Olivia mientras intentaba recuperar su vista, hasta que para su infortunio se llevaría uno de los peores sustos de su vida al verse a ella misma frente suya haciendo una cara estúpida, manoseando su propio trasero 

- Señorita Wilde, ¡despertó! 

Decía Carlos en el cuerpo de Olivia Wilde con una voz alegre, mientras movía con esas finas y  suaves manos, ese trasero sexy, el cual tenía una sensación tan suave, que ninguna sensación se le podría imaginar, ¿Quién necesitaba ir al paraíso?... cuando manoseas el trasero de Olivia  Wilde, que no fue lo único que toco, rápidamente sus pechos, los cuales, si bien no eran los  más grandes, su forma y anatomía eran tan perfectas, que podría morir en ese momento y diría “he muerto conociendo la felicidad”, ya que daba igual que Olivia estuviera furiosa como  gorila, que el jefe estaba encontrando la forma de calmar las aguas, Carlos se estaba  masturbando mientras escuchaba su nueva sexy voz gemir, con ese fuerte aire acondicionado  de la oficina que solo chocaba y daba esa sensación de alta exposición, sin darse cuenta,  cierto liquido comenzaba a brotar y sus pezones solo se endurecían más. 

- ¡Estoy en el puto paraíso! 

Gritaba feliz Carlos, parecía que era el inicio de una aventura interesante, lo que durara el  encargo, seria esa época donde todo en su vida valdría la pena, absolutamente todo el  esfuerzo y sufrimiento valdrían la pena. 

DOS DÍAS DESPUÉS

Olivia en el cuerpo de Carlos corría horrorizada al ver al jefe, en ese cuerpo apestoso solo se  podía escuchar a un gordo otaku gritar – ¡QUIERO MI CUERPO! – el jefe no entendía muy bien  lo que sucedía, así que le pidió una explicación, lo cual, para ello, Olivia solo lo llevo hacia  afuera de su oficina, hasta el barandal del pasillo donde apunto hacia Carlos, quien estaba  haciendo… 

- Hola mi nombre es Carlos… y estas sin mis hermosas bubis 

Decía Carlos con una voz casi robótica, el cual al momento de decir una parte de la oración manoseaba una bubi y al decir la segunda parte, manoseaba la otra, lo cual no era lo único, puesto que iba desarreglado, con una débil camisa de tirantes y un sostén mal puesto, lo cual no  dejaba a la imaginación, sin contar que, en la parte inferior de su cintura, solo llevaba una trusa  rosa y unas pantuflas. Al ver tan situación el jefe no hizo otra cosa más que revertir lo que había hecho, sin embargo, la maquina solo no funcionaba, había algo mal, parecía que nada podía empeorar, había un gordo horrible en el cuerpo de una actriz ardiente, una actriz ardiente de  furia en el cuerpo de un gordo horrible y una máquina la cual solo estaba agonizando lentamente. 

UN MES DESPUÉS 

- ¿Cómo logre encontrar la felicidad?... bueno, eso es interesante… al inicio pensé que la  felicidad estaba en uno mismo, después que se encontraba en la religión, ¿porno quizás?...  al final todo eso estaba mal, por que mi felicidad la encontré cambiando de cuerpo con  Olivia Wilde.

Decía Carlos mirando a la cámara. Durante este mes pasaron muchas cosas, después de no poder  arreglar la máquina, ambos tuvieron que aceptar vivir en el cuerpo del otro, claro que uno mejor  que el otro, por su parte Carlos tras masturbarse veinte veces en tres días, decidió empezar a  escribir un libro sobre su vida y como cambio tras el cambio, mientras que Olivia se resigno a  tomar toda su fortuna y encerrarse en su mansión, aparentemente la carga de su nuevo cuerpo  era tal, que en tan solo dos horas de hacerse publica la noticia, varios medios la empezaron a  contactar para hacer documentales, sin embargo, al no aceptar que había terminado en un cuerpo  como el de Carlos, ella declino de todo, claro sin antes dejarle algo en claro a Carlos, el tenia que  pagarle a ella regalías por mencionarla en su libro y su antigua imagen, a lo que Carlos accedió, mientras tanto, el antiguo jefe de Carlos se salvo de pagar una enorme compensación por lo que  ocurrió, argumentando en la corte “yo no la obligue a usar la máquina, ella solo acudió a mí”, claro  que no fue lo único, puesto que las malas lenguas cuentan que Carlos tuvo que pasar una noche  con el juez; si eso no fuera suficiente, a lo largo del mundo se comenzaron a dar casos de diversos  hombres y mujeres que cambiaban cuerpos con estrellas de la talla de Madona, Brad Pitt,  Elizabeth Olsen y Drake, nadie se salvaba, algo que los medios lo nombraron “La venganza de  los desgraciados”, un evento tan único y extraño que los diversos gobiernos en conjunto a las  grandes productoras comenzaron a investigar estos casos, descubriendo que aparentemente  había más de una maquina defectuosa. 

- ¿Usted es guapo?, ¿le han dicho que es sumamente atractivo?, ¿acaso es el sueño húmedo de  un otaku, gamer o metalero?... bien, lo que antes se le conocía como “bendición genética”,  hoy se le conoce como un posible riesgo de que su cuerpo sea robado, es por eso que tenga  mucho cuidado con quien anda, por que alguno de sus conocidos “menos agraciados” o  mejor dicho alguien “desgraciado” podría robarle su cuerpo, esto y mucho más en breve. 

Decía un reportero en las noticias locales mostrando un reportaje entero sobre “La venganza de  los desgraciados” y su fuerte impacto en el mundo, como algunas economías colapsaban porque sus principales rostros eran robados por personas ignoradas por todos, era definitivamente a  historia más grande del siglo en las noticias, sin duda alguna un reportaje y cobertura que nadie  debería perderse por nada del mundo, hasta que el sonido del noticiero cambio abruptamente y  su imagen se distorsionaba para transformarse en otra nueva, el programa cambiaba a una  caricatura…

- ¡Aburridooooooooooooo! 

Decía Carlos desnudo en la cama de su habitación con un cigarro en mano y cambiando el canal,  aparentemente lo que ocurriera en el mundo no era ya de su incumbencia, puesto que tenia todo  en su casa, era bastante irónico como el sujeto el cual solo tenia el hecho de seguir vivo de  pronto, por una petición de una actriz y ordenes de su jefe, conseguiría todo lo que le hacia falta a  su vida, dinero, una mujer (que si bien no era su novia, al menos tenia un cuerpo sexy de chica  que manosear), una buena casa y sobre todo, al fin su vida había cobrado sentido, su trabajo ya  no apestaba y sobre todo, su único amigo había seguido sus pasos, así que cuando quisiera podía ir con Anne Hathaway a tener sexo lésbico. No importaba el estudio que tuvieras, que tanto  trabajaras, que tanto te esforzabas en ti mismo, no importa ya si conoces a la persona indicada o  empiezas un camino de auto descubrimiento para encontrar el sentido de tu vida, lo único que 

tienes que hacer es salir haya afuera, conseguir una maquina defectuosa y cambiar de cuerpo con  alguna celebridad sexy, con eso queridos lectores… consigues la clave de la felicidad y placer  eternos. 

FIN